2018 10 27 22H15
Si Estados Unidos fuera el único país que pisotea los derechos humanos
de TODOS los cubanos, quizás me callaría, con mucho dolor. Si Estados Unidos en
realidad no solo pisotea los derechos de los cubanos a la vida, sino que
pisotea los derechos a la VIDA del resto de los habitantes del Planeta,
incluyendo el propio pueblo estadounidense, entonces ya no tendría sentido
callarse. Y eso hago.
Porque Cuba, sin excepción, ni distinción, ni exigiendo a cambio algún
beneficio, ha sido capaz de acudir en auxilio de cualquiera de “los oscuros
rincones del mundo de Bush”, o de los “países que se aprovechan de Estados
Unidos” según Trump.
En la historia de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos siempre ha
existido, latente, subyacente, tratado de esconder pero sin resultados, la
ambición, si LA AMBICIÓN, de apoderarse de la Isla de Cuba. Intentaron
comprarla a los españoles sucesivos gobiernos, intento que nació ya desde los
“padres fundadores” que de demócratas tenían lo que yo tengo de extraterrestre.
Al primer resbalón de los cubanos empeñados en alcanzar la libertad y la
independencia, ocurrido cuando se pierden las vidas de José Martí y de Antonio
Maceo, con la debilidad pública de Máximo Gómez y ciertas ideas “progresistas”
de los que aún combatían y tenían ya casi agotada a España, ideas
“progresistas” asociadas a la creencia que el “gran vecino del norte y su
cacareada vocación democrática” era real y no una farsa más, en medio de una
“monroísta” visión de la guerra que se desarrollaba en la Isla, ofrecieron
“amablemente cooperar con los mambises para alcanzar la libertad”, falacias que
no hubo que esperar mucho para comprobar su esencia neocolonialista.
Se fueron a París a firmar con España la rendición y no había un cubano
bien plantado ni en cientos de miles de kilómetros a la redonda que se opusiera
a la canallada, con la cual se apoderaron, “al fin” de la añorada posesión, por
demás está decir que inscrita precisamente en el pensamiento martiano en su
carta a Manuel Mercado: “impedir a tiempo con la independencia de Cuba” para
que los Estados Unidos continuaran en su afán de colonización de toda la
América, espacio que abarcaba su “América para los (norte) americanos”. El
(norte) no lo dijo Monroe, pero así fue inevitablemente por la existencia, que
aún se mantiene y en los tiempos presentes vuelve a mostrar sus garras y
dientes rapaces, esa oligarquía traidora por naturaleza, pues su afán,
silencioso o escandaloso, de imitar a su patrón del norte en cuanto a crear una
democracia al estilo griego: solo es “pueblo” y solo tienen “derechos”,
aquellos individuos que detentan grandes fortunas, que se pueden pagar el lujo
de enviar a sus hijos a estudiar a Harvard, o la Sorbona para perpetuar su
estirpe.
Y ahora voy al punto. Cuba, como dice el refrán, “hace el bien sin mirar
a quién” pero lamentablemente, y no por la voluntad de lo que realmente podemos
llamar pueblo, entre engañado y maniatado, a veces por Primeros Ministros, o
Reyes, o Presidentes electos “democráticamente”, no es receptora de esa
“solidaridad que Cuba tiene a flor de labios”. No estoy ni siquiera pensando en
que eso deje de ser así, por el contrario, mientras más pueda Cuba ayudar, a
quién sea, no solo es más valioso su ejemplo ya se sabe, sino que más
“vergonzosa es la actitud de Estados, políticos, empresarios” que aceptan la
ayuda pero no son capaces de mover un dedo para aunque sea hagan valer sus
derechos como supuestos países libres, independientes, democráticos o con la
forma de gobierno que deseen y les resulte mejor, y no simples obedientes de un
poder extraterritorial que no respeta sus derechos, libertades,
autodeterminación.
Cuba no está sola. Cuenta con el apoyo de la comunidad internacional
prácticamente absoluta, pero la comunidad de pueblos, muchos de los cuales
todavía están por aprobar la asignatura de la libertad, y no por falta de
voluntad, no por falta de su derecho al desarrollo, sino porque el esquema de
gobierno mundial excluye toda posibilidad de ello, de esos países que no son
“de la élite”, y aún más cuando se ignora la autodeterminación de algunos de la
élite pero ni siquiera aparece el rubor en las mejillas de sus “dirigentes”.
El día en que los países del mundo, todos, o una gran mayoría, haciendo
uso de su derecho de libertad y autodeterminación, le digan al imperio que no
están dispuestos a aceptar imposiciones legales, ilegales por cierto realmente,
en cuanto a su derecho a tener tratos de igual a igual con Cuba, de respetar el
derecho internacional de los pueblos, ese día, y solo ese día, se irá
resquebrajando hasta desaparecer el Bloqueo Económico, Comercial y Financiero
que brutalmente y sin derecho alguno, los Estados Unidos de Norteamérica han
impuesto al Pueblo Cubano, que a pesar de ello ha logrado mantener las
conquistas de derechos que muchos de ellos ni en los Estados Unidos ni otros
países de los llamados desarrollados han conseguido alcanzar, no solo para la
mayoría privilegiada, sino para TODO EL PUEBLO.
Estoy convencido que nuestras denuncias en ONU se mantendrán, que los
Pueblos de la mayoría de países del mundo votarán en favor del cese del Bloqueo
a Cuba, pero la tozudez del imperio y su desprecio al resto de países del planeta,
incluidos los fieles incondicionales de siempre y no hablo solo de Israel, no
permitirá que eso suceda. La delegación de Estados Unidos, reiteradamente no
solo se ha burlado de la Asamblea General de ONU, sino que la acusa de
“permitir el teatro” de la votación, según palabras de la halcón Nikki Haley.
No hay otra forma de terminar este texto sino con estas citas de dos
personajes de nuestra historia, que por cierto le sirven, con una corta
traducción a varios idiomas a decenas de pueblos de cualquiera de los “oscuros
rincones bushonianos y trumpianos”:
"Los Estados Unidos parecen destinados por
la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad".
Simón Bolivar. Guayaquil, 5 de agosto de 1829.
“El bloqueo es una guerra económica contra Cuba, guerra
económica; es la persecución tenaz, constante, de toda gestión económica de
Cuba en cualquier parte del mundo —Estados Unidos trabaja activamente, a través
de sus canales diplomáticos, a través de sus embajadas, para presionar a
cualquier país que quiera comerciar con Cuba, para presionar a cualquier
empresa que desee comerciar o invertir en Cuba, para presionar y castigar a
cualquier barco que transporte mercancías a Cuba—; es la guerra universal, con
ese inmenso poderío a su favor, contra la economía de nuestro país, al extremo
de realizar gestiones individuales, incluso, con personas, con individuos que
intentan desarrollar cualquier actividad económica en relación con nuestro
país”. Fidel Castro Ruz. Clausura del Festival Juvenil Internacional
Cuba Vive. Teatro “Karl Marx”, 6 de agosto de 1995.
(Destaco que entre una y otra declaración citada,
transcurrieron 166 años y 1 día. Puede ser casualidad o conexión entre figuras
excelsas a través del tiempo.)