viernes, 17 de agosto de 2018

Fidel Vargas, el discurso y los tiempos

Reproduzco con gusto el siguiente artículo publicado en Cubadebate.
Fidel Vargas, el discurso y los tiempos (+ Fotos)
16 agosto 2018

Fidel Vargas (Santiago de Cuba, 1992) habla de los últimos Centroamericanos como si acabara de llegar y marcharse de Barranquilla a la misma vez. Es un discurso centrado en los tiempos y los movimientos, como debiesen ser todos los discursos en primera persona: los más sinceros, los más rítmicos, los menos ensordecedores.    
Volamos a Bogotá, de Bogotá a Cali, de Cali luego dos horas en guagua, monte arriba. Un lago y unas lomas. Nunca llegamos a ir a Barranquilla. Todo el tiempo estuvimos en Calima. Menos las horas en guagua. Cerca de ahí todo parecía al estilo de las series: las casas con los grandes cristales, los millonarios a las orillas de los lagos con sus yates… Tú ibas por la calle y al lado quedaban barrancos.
Llegamos un sábado y el domingo fuimos a revisar los botes. El lunes, a entrenar, y el martes a las siete de la mañana estábamos arrancando. Nunca había competido tan temprano. Los remeros ya habían estado allí y nos habían dado las coordenadas del lago. Ahí hacen competencias de ski. El aire de frente es terrible. La ubicación en los carriles fue por sorteo. Si toca uno cerca de la orilla tendrás que hacer más fuerza. Mientras más bajo esté el nivel del agua, más fuerza se necesita para avanzar. El que va por el medio está en un lugar donde la presa es más honda y lo tiene relativamente más fácil. En los resultados influye mucho el clima, por eso este deporte no tiene records mundiales.
Por suerte, durante los días de competencia el laguito se puso especial para nosotros. Se pudo instalar, incluso, el sistema de salida electrónico que se usa en los mundiales. Cuando hay mucho aire y olas no se puede poner, porque se lo llevan. Aquí en Cuba eso funciona “a ojo”.
Antes de irnos a una base de entrenamiento en México, previo a los Centroamericanos, yo iba a remar solamente el K1-200m, K2-1000m y K4-500m, pero al regresar hubo algunos atletas con afectaciones y se sumó la prueba del K1-1000m. El pronóstico final que yo llevaba era de cuatro medallas de oro.
Hice una preparación como nunca en mi vida. Hace unos años yo era velocista. Todos mis resultados anteriores habían sido en los 200 metros. Empecé entonces a prepararme para ese evento, pero se decidió que entrenara para competir también en los 1000. Priorizamos la distancia larga porque, según los técnicos, como en toda mi carrera yo había remado distancias cortas, algo de eso debería quedarme todavía.
En el K4 nos llevamos la plata con nuestro mejor tiempo. La final fue decidida por el foto finish. Por 300 milésimas perdimos con México. México invirtió dinero. Estuvieron hasta en bases de entrenamiento por Europa.
Me decidí por el kayak desde temprano. Allá en Santiago vivía cerca de la academia y toda una vida he podido seguirlo de cerca. A los ocho años comencé en este mundo. No sé otra cosa que no sea remar, remar y remar. Alguna vez practiqué judo, pero cuando toqué el tatami con la espalda dos o tres veces, supe que no quería seguir.
En los campeonatos nacionales nunca fui bueno. Terminaba en octavo, noveno lugar. Uno solo de los botes que nosotros usamos cuesta entre cuatro mil y cinco mil euros. En el equipo nacional, todos los años se hace una recogida y lo que sobre y no se esté usando, se reparte entre las provincias que siempre están en los primeros lugares en los juegos nacionales. A Santiago, en este caso, le tocaba poco. En mis tiempos allá, entrenábamos con botes cubanos. Muchos tenían parches. Existía esa diferencia entre los distintos territorios. Cuando llegas al equipo nacional sientes que todo el mundo se sitúa en un mismo escenario, más o menos, y entonces vienen los resultados.
Una vez en el máximo nivel del país está el tema del fogueo internacional. Los eventos nacionales no tienen un gran nivel y a las Copas del Mundo asisten los que hacen un tiempo con el cual podrían lograr una buena ubicación. Existe la mentalidad de ir directo a coger la medalla. No hay presupuesto para llevar a otros que también han tenido resultados. Priorizan a quienes pronostican previamente como posibles medallistas. Ojalá ahora los del C2 (Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge) tengan un buen desempeño, porque son nuestra cara. Si ellos salen bien, puede que haya más cobertura para el resto. El tema del dinero es, como en casi todos los lugares, algo sensible. Hace poco tiempo llegó una importación. Llegó tarde y ya los botes con los que íbamos a competir los habían mandado para Colombia. No pude salir al lago con ese bote, que era último modelo, de este año.
Tenemos algo complejo por delante. El 11 de septiembre vamos a Canadá para el clasificatorio a los Panamericanos de Lima. Reinier Torres, el que remó conmigo en el K2, se fue del deporte. Ahora estamos probando con muchachos jóvenes. El sistema de clasificación da prioridad al K4 y en esa modalidad avanzan los que queden del primero al sexto. Ahora cambiaron el sistema para darle más posibilidades a otros países: el primer evento será el K4 y esto implicaría que las grandes potencias puedan clasificar al equipo completo desde el inicio y luego podrían “relajarse” un poco en las pruebas individuales que se realizan en las siguientes fechas.
Si cada cual hace lo que le corresponde en el lugar que le corresponde, podremos remar el K4, K2 y los K1 en Lima. Estamos entrenando bastante en ese bote. En la última semana hemos montado casi lo que no hemos hecho durante los dos años anteriores. El K4 necesita fuerza interna, coordinación entre los atletas, movimiento de piernas.
La pelea estará dura con Argentina, Brasil. Fuimos los campeones en los Panamericanos de Toronto en el K4. De esos que ganaron el oro queda uno solo. Si no clasificamos sería un escándalo: la primera vez en la historia que Cuba no llevaría un equipo completo de kayak masculino a los Panamericanos. El panorama ha cambiado mucho. El nivel en el área se ha elevado, entre otras causas porque, por ejemplo, a veces sales para afuera y una parte de los entrenadores son cubanos. Un profesor cubano aquí, con lo que sabe, saca buenos deportistas; imagínate tú en otro país con todas las condiciones.
Retoma el inicio: de nuevo el tiempo y el calendario. Confía en que el resto de las palabras, cercanas a un triunfalismo probable, importan menos.
Llegamos un sábado y el martes empezó la competencia. El domingo fuimos a revisar los botes. En el viaje puede suceder que se les abra algún hueco, se le partan los timones. Llevamos al carpintero de nosotros a los Juegos. No se podía descartar que alguien, por maldad o por hacer trampa pudiera, por ejemplo, cortar los cables del timón.

Mi comentario:
No sé, ni es importante para mí cuánto del reportaje es obra de Fidel Vargas o de Aynel Martínez, pero los dos "reman" muy bien. No hay otra forma de avanzar no solo en Cuba, que es la que sí más nos interesa, pero pienso es útil en cualquier lugar: hablar claro, hablar de frente, hablar con el corazón, hablar sin rodeos, y hablar con la verdad, hasta donde la hayamos sentido y entendido. Siento que mucho le pertenece a Fidel, el Fidel en quien estás pensando, promotor en el tiempo de todo este desarrollo deportivo y este otro Fidel de este tiempo, que se concreta remando con la vergüenza y poniendo el alma. Y buena, muy buena la labor sin remos, pero remando, de Aynel. Si se es "conflictivo" o "bocón", pero lo que se expone madura el desarrollo del país, y nuestro crecimiento como pueblo revolucionario y en lucha, bienvenido sea.
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