Reproduzco con gusto el
siguiente artículo publicado en Cubadebate.
Fidel Vargas, el discurso y los tiempos (+ Fotos)
16 agosto 2018
Fidel Vargas (Santiago
de Cuba, 1992) habla de los últimos Centroamericanos como si acabara de llegar
y marcharse de Barranquilla a la misma vez. Es un discurso centrado en los
tiempos y los movimientos, como debiesen ser todos los discursos en primera
persona: los más sinceros, los más rítmicos, los menos ensordecedores.
Volamos a Bogotá, de Bogotá a Cali, de Cali luego dos horas en
guagua, monte arriba. Un lago y unas lomas. Nunca llegamos a ir a Barranquilla.
Todo el tiempo estuvimos en Calima. Menos las horas en guagua. Cerca de ahí
todo parecía al estilo de las series: las casas con los grandes cristales, los
millonarios a las orillas de los lagos con sus yates… Tú ibas por la calle y al
lado quedaban barrancos.
Llegamos un sábado y el domingo fuimos a revisar los botes. El
lunes, a entrenar, y el martes a las siete de la mañana estábamos arrancando.
Nunca había competido tan temprano. Los remeros ya habían estado allí y nos
habían dado las coordenadas del lago. Ahí hacen competencias de ski. El aire de
frente es terrible. La ubicación en los carriles fue por sorteo. Si toca uno
cerca de la orilla tendrás que hacer más fuerza. Mientras más bajo esté el
nivel del agua, más fuerza se necesita para avanzar. El que va por el medio
está en un lugar donde la presa es más honda y lo tiene relativamente más
fácil. En los resultados influye mucho el clima, por eso este deporte no tiene
records mundiales.
Por suerte, durante los días de competencia el laguito se puso
especial para nosotros. Se pudo instalar, incluso, el sistema de salida
electrónico que se usa en los mundiales. Cuando hay mucho aire y olas no se
puede poner, porque se lo llevan. Aquí en Cuba eso funciona “a ojo”.
Antes de irnos a una base de entrenamiento en México, previo a
los Centroamericanos, yo iba a remar solamente el K1-200m, K2-1000m y K4-500m,
pero al regresar hubo algunos atletas con afectaciones y se sumó la prueba del
K1-1000m. El pronóstico final que yo llevaba era de cuatro medallas de oro.
Hice una preparación como nunca en mi vida. Hace unos años yo
era velocista. Todos mis resultados anteriores habían sido en los 200 metros.
Empecé entonces a prepararme para ese evento, pero se decidió que entrenara
para competir también en los 1000. Priorizamos la distancia larga porque, según
los técnicos, como en toda mi carrera yo había remado distancias cortas, algo
de eso debería quedarme todavía.
En el K4 nos llevamos la plata con nuestro mejor tiempo. La
final fue decidida por el foto finish. Por 300 milésimas perdimos con México.
México invirtió dinero. Estuvieron hasta en bases de entrenamiento por Europa.
Me decidí por el kayak desde temprano. Allá en Santiago vivía
cerca de la academia y toda una vida he podido seguirlo de cerca. A los ocho
años comencé en este mundo. No sé otra cosa que no sea remar, remar y remar.
Alguna vez practiqué judo, pero cuando toqué el tatami con la espalda dos o
tres veces, supe que no quería seguir.
En los campeonatos nacionales nunca fui bueno. Terminaba en
octavo, noveno lugar. Uno solo de los botes que nosotros usamos cuesta entre
cuatro mil y cinco mil euros. En el equipo nacional, todos los años se hace una
recogida y lo que sobre y no se esté usando, se reparte entre las provincias
que siempre están en los primeros lugares en los juegos nacionales. A Santiago,
en este caso, le tocaba poco. En mis tiempos allá, entrenábamos con botes
cubanos. Muchos tenían parches. Existía esa diferencia entre los distintos
territorios. Cuando llegas al equipo nacional sientes que todo el mundo se
sitúa en un mismo escenario, más o menos, y entonces vienen los resultados.
Una vez en el máximo nivel del país está el tema del fogueo
internacional. Los eventos nacionales no tienen un gran nivel y a las Copas del
Mundo asisten los que hacen un tiempo con el cual podrían lograr una buena
ubicación. Existe la mentalidad de ir directo a coger la medalla. No hay
presupuesto para llevar a otros que también han tenido resultados. Priorizan a
quienes pronostican previamente como posibles medallistas. Ojalá ahora los del
C2 (Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge) tengan un buen desempeño, porque son
nuestra cara. Si ellos salen bien, puede que haya más cobertura para el resto.
El tema del dinero es, como en casi todos los lugares, algo sensible. Hace poco
tiempo llegó una importación. Llegó tarde y ya los botes con los que íbamos a
competir los habían mandado para Colombia. No pude salir al lago con ese bote,
que era último modelo, de este año.
Tenemos algo complejo por delante. El 11 de septiembre vamos a
Canadá para el clasificatorio a los Panamericanos de Lima. Reinier Torres, el
que remó conmigo en el K2, se fue del deporte. Ahora estamos probando con
muchachos jóvenes. El sistema de clasificación da prioridad al K4 y en esa
modalidad avanzan los que queden del primero al sexto. Ahora cambiaron el
sistema para darle más posibilidades a otros países: el primer evento será el
K4 y esto implicaría que las grandes potencias puedan clasificar al equipo
completo desde el inicio y luego podrían “relajarse” un poco en las pruebas
individuales que se realizan en las siguientes fechas.
Si cada cual hace lo que le corresponde en el lugar que le
corresponde, podremos remar el K4, K2 y los K1 en Lima. Estamos entrenando
bastante en ese bote. En la última semana hemos montado casi lo que no hemos
hecho durante los dos años anteriores. El K4 necesita fuerza interna,
coordinación entre los atletas, movimiento de piernas.
La pelea estará dura con Argentina, Brasil. Fuimos los campeones
en los Panamericanos de Toronto en el K4. De esos que ganaron el oro queda uno
solo. Si no clasificamos sería un escándalo: la primera vez en la historia que
Cuba no llevaría un equipo completo de kayak masculino a los Panamericanos. El
panorama ha cambiado mucho. El nivel en el área se ha elevado, entre otras
causas porque, por ejemplo, a veces sales para afuera y una parte de los
entrenadores son cubanos. Un profesor cubano aquí, con lo que sabe, saca buenos
deportistas; imagínate tú en otro país con todas las condiciones.
Retoma el inicio: de
nuevo el tiempo y el calendario. Confía en que el resto de las palabras,
cercanas a un triunfalismo probable, importan menos.
Llegamos un sábado y el martes empezó la competencia. El domingo
fuimos a revisar los botes. En el viaje puede suceder que se les abra algún
hueco, se le partan los timones. Llevamos al carpintero de nosotros a los
Juegos. No se podía descartar que alguien, por maldad o por hacer trampa
pudiera, por ejemplo, cortar los cables del timón.
Mi comentario:
No sé, ni es importante para mí
cuánto del reportaje es obra de Fidel Vargas o de Aynel Martínez, pero los dos
"reman" muy bien. No hay otra forma de avanzar no solo en Cuba, que
es la que sí más nos interesa, pero pienso es útil en cualquier lugar: hablar
claro, hablar de frente, hablar con el corazón, hablar sin rodeos, y hablar con
la verdad, hasta donde la hayamos sentido y entendido. Siento que mucho le
pertenece a Fidel, el Fidel en quien estás pensando, promotor en el tiempo de
todo este desarrollo deportivo y este otro Fidel de este tiempo, que se
concreta remando con la vergüenza y poniendo el alma. Y buena, muy buena la
labor sin remos, pero remando, de Aynel. Si se es "conflictivo" o
"bocón", pero lo que se expone madura el desarrollo del país, y
nuestro crecimiento como pueblo revolucionario y en lucha, bienvenido sea.
https://bit.ly/2vS18MP
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