Por: Lic Elio Raúl García Reyes
2017-06-19. 11:56 am
En mi juventud a ese "tercerismo" actual se le conocía como "la cerca", o sea estar en un lugar
sin decisión, ni compromiso, la "cerca" era el lugar de esperar a ver
de qué lado soplaría el viento, más claramente, el oportunismo. La
"cerca" actual, el "tercerismo" o "centrismo" es también
oportunista porque se aprovecha de la oportunidad, pero, vístase con las ropas
que quiera, es una opción contrarrevolucionaria.
Sé que a estas personas no les gusta y no les conviene ese
calificativo para su "marketing político" pero son lo mismo,
vestuario o nombrecitos nuevos y raros (cupacu) o menos raros y menos nuevos
(¿damas? de ¿blanco?), las opciones que tenemos los cubanos, (no los de siete
meses que denunció Martí) no admiten equivocación, un solo patinazo hacia
considerar esa "opción"
como opción, podría al menos generar un alto costo que nuestro pueblo no merece
pagar y que lo sepan los “terceristas”, lo pagaríamos todos, ellos incluídos.
Las posiciones están bien claras. Los que se confundan no
será por falta de información, ni siquiera podrán aducir ignorancia política. Es,
como plan, lo que siempre han querido, deseado, con obsesión, servirle en
bandeja de plata a la cúpula gobernante visible y más aún la no visible del
indeseable gobierno del vecino del norte el apoderarse nuevamente de Cuba y
continuar hacia el Sur, a lo que con absoluta claridad nuestro José Martí
advirtió, y donde el entreguismo y la avaricia de ciertas castas y lacras
enquistadas ha favorecido y han conseguido, algunos avances, perdón, retrocesos.
En la tercera posición, ahora, su oportunismo consiste en
restarle vigor, fuerza y contenido a los conceptos soberanía, independencia y
amor a la Patria, tratando de abrir las puertas para la regresar a esa
república aguada, pasteurizada, como plastilina moldeable para que el actual y
desconcertante @POTUS, tal como hicieron los anteriores “eche basura en mi
verde jardín”.
En fin, para que andar
con rodeos, la tercera posición solo encubre con nuevo disfraz a todo lo que
hemos venido combatiendo ya por más de 100 años como pueblo, que nos conviertan
en enclave de juego, corrupción, triquiñuelas y prostitución tal como lo
padecimos en la seudo república. La tercera posición es contrarrevolución,
simple y llana. Todo lo demás que se argumente es pura distracción.
Nuevamente se impone el trabajo, la acción política concreta,
no el “teque”, no hay que decirle solamente a la gente qué tiene que hacer, o cómo
lo tiene que hacer, debemos ya también comprometer a todos pues es problema de
todos, nadie se puede llamar a engaño de que un giro de 180 grados permitirá
que sigamos disponiendo de las conquistas sociales y políticas que hemos
adquirido. Y solo se puede comprometer a las personas con la propia convicción
de las personas, con la propia participación de las personas, aclarando lo que
haya que aclarar, corrigiendo lo que haya que corregir, decidiendo con la gente
y sus aspiraciones, “cambiar lo que deba ser
cambiado” nos dijo Fidel y es cambiar hacia adelante, hacia crecer.
No soy economista, pero pienso que una de las primeras
aspiraciones que debemos trabajar por alcanzar como pueblo es “hacer que el
peso (cup) valga”. No se me escapa que la situación económica del país no es
posible achacársela al modelo económico del país, pues el Bloqueo Económico
está más vigente que nunca, a ese blanco Obama jamás le tiró en serio. No se me
escapa tampoco que el país tiene forzosamente que usar el dólar para todo lo
que debe ser adquirido y que el bloqueo nos prohíbe, e impide con demasiada
frecuencia y éxito, que lo usemos. Estos temas son para un buen debate, si
académico claro, pero no ignorar o desconocer que la inteligencia de un pueblo
es enorme pues las personas son las que a diario enfrentan el embate de las
dificultades y las faltas de algo, sabiendo además que los académicos también
son pueblo.
Estoy convencido que el modelo no es el problema, pero su
ejecución sí. Y no es solo el problema de los dirigentes nacionales,
provinciales o locales. Echar la culpa de todo al principal dirigente político,
administrativo o al funcionarios más modesto es mirar para otro lado, es ver la
paja en el ojo ajeno, y el mío limpio, gracias. Es problema del ciudadano de a
pie también pues cuando falta la papa, el primer responsable está en la
agricultura; cuando se producen fallas en la cadena de distribución de
medicamentos, el primer responsable está en el que trabaja en el almacén y en el
transportistas.
Hace poco, alguien muy cercano a mí me comentó su frustración
con la frase “Lo mío primero”, que seguro nació como consigna para proteger lo
que nosotros producimos. Esta persona me comentó que la frase se desvirtuó pues
el individualismo en una parte de la población la tomó como, primero están las cosas mías, las que me
interesan como persona, y los demás que esperen, o como decía Miguelito
Cuní, “que se fuñan”.
Por eso todos, si no queremos nos desaparezcan como nación, debemos
estar decididos a “capturar al culpable, para que lo lamente” si se atreve y a
trabajar “con ciencia y con conciencia”. No hay más salida. Yo sé que no todos
dicen Soy Fidel, pero sé también que somos mayoría los que lo decimos.
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