viernes, 29 de septiembre de 2017

¿Cómo se fábrica un corrupto?


Por: Lic. Elio Raúl García Reyes
2017 09 23 - 01:26

Eso de que todo hombre tiene un precio es una de las peores babosadas que he leído en mi vida.
Nadie tiene un precio al nacer, tiene sí, un valor, el valor de ser humano. Los años de vida, principalmente regidos primero por los padres, a los que después se suman maestros, amigos, vecinos, conforman las vivencias y experiencias de lo que vamos siendo y seremos en el futuro, una amalgama de aspectos de las personas que se cruzan casualmente o por largos períodos con el nuevo ser humano.
Cuando los padres y todo el círculo que rodea al individuo le enseñan a ser egoísta, a considerar más el tener que el ser, a que hay que conseguir, sobre todo lo material, a toda costa y a cualquier costo, y pasando por encima de cualquiera, sin importar quién es, no es extraño que semejante educación culmine con una persona proclive a hacer cualquier cosa por lo que le enseñaron se considera el éxito, casi siempre y exclusivamente lo material.
Y es ahí donde ese ser, que pudo ser noble y sano moralmente, da el traspié y acaba siendo un corrupto. No lo busquen en la política solamente, no lo busquen en la gran empresa solamente, lo pueden encontrar donde quiera, pues es un producto de la sociedad, un producto en mal estado, pero es un producto de la sociedad.
Y todos los ciudadanos somos producto de la sociedad en que vivimos y las reglas oficiales pero también las tácitas que impone la conducta general de todos en conjunto.  Tu vecino ha sido como siempre tan pobre como tú, pero de buenas a primera pues donde había una casita de 3 cuartos y una planta, ahora hay un edificio con apartamentos para rentar. Te preguntas, ¿de dónde sacó la plata?  Y no consigues la respuesta pues la forma en que lo consiguió no es para ponerla en primera página de todos los periódicos. Tu vecino hasta ahora parecía un tipo normal, pero ha “progresado” y no sabes ni sabrás cómo.  Hasta que un buen día, si se pone fatal, llega un carro de la policía, y sale de su casa esposado, y en la televisión con su cara borrosa, hablan de Juan T. y tú sabes que es Juanito, el mismo tipo que se sentaba en el pupitre al lado del tuyo.
Lo mismo un tendero, que la costurera, que el maestro, que el taxista, cualquiera puede ser de los que venden su alma al diablo por un objeto material, que solo puede ser pagado haciendo trampas. Cuando tu tendero te da 430 gr en vez de la libra completa, cuando la costurera te cobra por poner una cremallera que “recuperó” de otra prenda, o el maestro le pide a los niños que le "colaboren con el refrigerio", o cuando el Alcalde se gasta la plata en payasadas en vez de adoquinar las calles o mantener funcionando los colectores de aguas servidas, y el empresario que le debe suministrar los equipos o materiales le ofrece “por debajo de la mesa” un pago para que le compre a él, estamos viendo, sintiendo y sufriendo la corrupción. Se vale todo. La diferencia está en la cantidad, unos estafan unos centavos y otros millones de dólares, pero ambos, sin duda, son un producto, en mal estado, y su presencia y actuación sigue dañando a la sociedad.

¿Es usted, el que lee este comentario, de los que van a conseguir lo que desea a toda costa, a todo costo, sin importar a quién le va a pisar la cabeza?  ¿Le enseña a su hijo a no parar en detalles a la hora de conseguir algo, aunque haga llorar a su amiguito de la clase? En ese caso usted es candidato... ¿qué le parece? Al menos, si no quiere cambiar, no permita, evite que su hijo termine siendo un “producto en mal estado” de la sociedad.

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